Respecto a los rellenos de PVC laminares de contacto entre agua y
aire de Torres de enfriamiento, existen variadas alternativas: de láminas
sueltas, pegadas o ensambladas mecánicamente (MA). ¿Cuál es la mejor
alternativa?
Antes de elegir una alternativa, primero repasemos algunos puntos
comparativos entre todos los tipos de rellenos.
1.- Eficiencia
La superficie de contacto para un modelo de relleno similar en cada
alternativa es la misma, es decir no depende si las láminas están pegadas,
sueltas o ensambladas, o al menos si se produce una diferencia esta es mínima.
2.- Calidad
Si nos referimos a calidad como sinónimo de durabilidad, debemos hablar del
espesor de las láminas. Si todas las alternativas presentan el mismo espesor,
podríamos decir que presentan calidades similares y por lo tanto una vida útil
similar en igualdad de condiciones de operación.
3.- Resistencia Estructural
La resistencia estructural es muy importante para la duración del relleno.
Sobre todo si el golpe de agua desde las toberas hacia el relleno es muy
fuerte, si se realizan mantenciones y lavado de los rellenos y por último si se
desmontan y se vuelve a realizar el montaje de los rellenos cuando se
interfiere el equipo.
Este último punto es crucial, cuando las condiciones
de operación no son las óptimas.
Si el agua posee mucha dureza, entonces se producen
muchas incrustaciones, si el aire contiene mucha polución o material
particulado producto de procesos productivos, o si el agua se contamina con
materias proveniente de procesos, entonces el relleno presentará acumulación de
residuos, lodos, sedimentos, incrustaciones, algas, musgos, etc. Lo cual hace
que el relleno se sature, esto puede destruir el relleno sobre todo cuando debe
ser retirado.
La diferencia entre los tres tipos de rellenos se da
principalmente cuando se realiza una mantención, limpieza, lavado o cualquier
actividad que requiera el retiro, manipulación o montaje de los rellenos fuera
de la torre de enfriamiento.
Cuando se retira un relleno saturado de sedimentos,
pueden llegar a pesar hasta 1 ton/mt3. Cuando esto ocurre lo usual es que el
relleno lo dejen caer y se rompa o sencillamente se parta en dos por su propio
peso. El peso normal de un relleno es de 28 kg/mt3. Si el relleno se satura pero alcanza una condición
en la cual pueda ser manejable, o sea, con un peso menor a 1 ton/mt3, entonces
el relleno pegado puede resistir de mejor manera la manipulación, limpieza y
golpes, que un relleno MA, puesto que el relleno pegado posee mayor cantidad de
puntos de unión que el ensamblado mecánicamente. En esta comparación el relleno
de laminas sueltas queda totalmente descartado, porque su condición impide una
limpieza adecuada y su posterior montaje, ya que al separarse una lamina de su
compañera, volver a colocarlos resulta casi imposible, y si se pone mediante
algunos trucos como amararlas, difícilmente llegará a tener la configuración
original. Si no posee la configuración adecuada, el relleno pierde eficiencia.
La resistencia de un relleno pegado es superior a un
relleno ensamblado mecánicamente.
Durante el proceso de pegado las laminas son
humectadas con un pegamento de PVC, el cual funde las laminas en los puntos de
contacto haciendo que las laminas se transformen en una sola, algo similar
ocurre cuando se pegan las tuberías de PVC, lo que se conoce como soldar las
tuberías y los fittings.
El ensamblado mecánico, consiste en la unión de las
placas mediante presión, lo cual hace que los puntos de contacto, se “abrochen”
mediante sus puntas y valles diseñados especialmente para esto. Este broche es
bastante firme, no tanto como una soldadura, pero el problema mayor es que por
la configuración del relleno, los broches son muy pocos en el relleno, lo cual
genera que el relleno se comporte como un cuaderno abierto cuando pierde
algunos puntos de unión.
Esto se produce cuando el relleno debe ser lavado o
manipulado, y sobre todo si debe ser dimensionado a un tamaño menor, porque al
cortarse, pierde puntos de ensamblaje y sus uniones se reducen quedando las
laminas abiertas.
Algunos proveedores destacan al relleno ensamblado
mecánicamente como la panacea, como lo mejor de todo, pero a decir verdad, eso
no es cierto.
Las ventajas que podría presentar se deben solamente
a que pueden ser un poco más baratos.
Si se presenta como una alternativa ambiental
amigable, eso podría ser real solo hasta cierto punto, porque si bien no se
utilizan solventes, lo cual evita emisiones de COV (compuestos orgánicos
volátiles), estos no serían mayores a los procesos donde se utilizan fibra de
vidrio.
Además los fabricantes de este tipo de relleno, solo
pueden suministrar 2 o 3 tipos de rellenos ensamblados mecánicamente, mientras
que todos los demás modelos de rellenos incluyendo los eliminadores de rocío,
son armados mediante pegamento, o sea una contradicción.
Al ser más débil estructuralmente, resiste menos
lavados y menos mantención, lo cual hace que su uso en condiciones
desfavorables de operación, se limite a 3 años, mientras que uno pegado puede
resistir hasta 6 años o más.
Esto es toda una estrategia comercial, ya que el
producto está orientado a tener una menor vida útil, o sea, ser más desechable,
lo cual genera más residuos, que no son reciclables, en resumen de ambiental no
tiene nada.
El ensamblado mecánico se origina en USA, principalmente
para abaratar la fabricación al depender de menos trabajadores para armar los
rellenos. En Europa se sigue usando el relleno pegado.
En conclusión, el relleno pegado, sigue siendo
superior en muchos aspectos, comparado con su par mecánicamente ensamblado y qué
decir de las láminas sueltas.
Es preciso aclarar que mucho de los productos del
mercado, son etiquetados verdes o ambientalmente amigables, solo como una estrategia
comercial, porque al mirar un poco más en profundidad nos damos cuenta de que
solo es una pantalla para vender más.
Articulo Técnico
Tibor Rimler
Biólogo Ambiental
Universidad de Chile, Facultad de Ciencias.